Podría pasarme horas pensando en las palabras más bonitas del mundo, como quien buscaba cada domingo palabras por las calles de una ciudad gigante, para evadir su realidad, para sobrellevar la soledad. Podría escribir lo que me pasa por la mente, pero ya es tarde, esos pensamientos ya se han ido lejos y últimamente no los he detenido, ni me he detenido.
Con la dificultad indiscutible que implica "comenzar", al parecer la vida está llena de comienzos, uno tras otro, hasta que te topas con la muerte y ya todo es fácil. Pero la dificultad tiene su papel y la dejaré jugarlo.